No había soldados en la frontera de Morini esa mañana de 1999. Y tampoco los tanques serbios. Los bombardeos aéreos de la Otan habían obligado a las tropas de Belgrado a desalojar Kosovo. Muchos reporteros pasaron la frontera aquel día y algunos murieron por los francotiradores. Ninguna de esas muertes encontró ni un culpable ni un motivo. Murieron y es suficiente para poder contar una historia de guerra. Fue eso lo que sucede desde hace más de 150 años, desde que periodistas y fotógrafos empezron a dar testimonio en primera persona de lo que sucedía los soldados en el combate. Que los soldados morían se sabia, pero de un momento en adelante sus sufrimientos fueron menos anónimos, salieron de los marcos retóricos para volverse más reales. Las fealdades y las miserias de los conflictos terminaron en las primeras páginas de los periódicos, las crónicas se enriquecieron dedetalles, aparecieron nombres y apellidos y la gente en casa empezó a hacerse una idea de lo que estaba pasando en primera línea. Luego todod esto se volvió un verdadero trabajo y los periodistas de guerra fueron unos especialistas. Un poco soldados y un poco reporteros con la tentación de tomar un fusil o la obligación de llevar uniforme. freelance, embedded, secuestrados, asesinatos, la escalation de fines de 800 hasta hoy hace la crónica de este trabajo quesigue empujando decenas de testimonios voluntarios en un territorio hecho de sangre, de muerte y de horror. El de los corresponsales de guerra. Claudio Razeto
CORRESPONSALES DE GUERRA
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