Como la medicina Antroposófica en general, tampoco la psiquiatría Antroposófica ha surgido por oposición a la ciencia del presente, sino por el afán de ampliarla. La ampliación hacia el cuerpo del cuadro clínico psíquico conduce a la comprensión de sus raíces orgánicas y al tratamiento a partir de aquel. La ampliación hacia el espíritu permite captar el Yo siempre sano del enfermo psíquico, el cual, a partir de la afección anímica, puede cobrar impulsos para la evolución del alma. Habría que ayudarlo a ello, mediante a una psicoterapia adecuada al espíritu. La misma vida anímica afectada se aborda del modo mas inmediato mediante la terapia artística.
La psiquiatría del presente conoce también estas tres regiones y trabaja con ellas, pero no arriba, sin embargo, a ninguna comunicación reciproca esencial. Antes bien, se manifiesta entre ellas una escisión, cuya superación, tanto en lo referente a la aprehensión cognitiva como la terapia, se torna posible merced a la ampliación de la psiquiatría expuesta en estas páginas. Esto se demuestra tomando como ejemplo la psicosis esquizofrénica, con la cual la tendencia a la escisión de nuestra época ha desembocado en enfermedad.