Historia del Wolkswagen Beetle
La historia del Volkswagen Beetle se remonta a la Alemania del Tercer Reich. Su prototipo se presentó en el Salón del Automóvil de Berlín de 1938 como un carro familiar, económico y de extraña silueta. Sin embargo, recién comenzaría a producirse terminada la Segunda Guerra Mundial.
Varias décadas después, el 17 de febrero de 1972 salía de la fábrica alemana la unidad número 15.007.034 y el VW Beetle se convertía en el automóvil más vendido del mundo. Como si fuera poco, desplazaba del liderazgo mundial a una auténtica leyenda: el Ford T (1908-1927).
Escarabajo, Fusca, Vocho y Sapito
Más allá de sus cualidades técnicas y bajo costo, el éxito del Volkswagen Beetle se debió a su incomparable capacidad para conquistar la imaginación de la gente en distintos países y culturas. En Alemania Occidental se convirtió en símbolo del milagro económico de la década del cincuenta. En Estados Unidos fue adoptado por la clase media acomodada y también por la contracultura hippie. Y una vez que su popularidad empezó a declinar en el Primer Mundo, Volkswagen trasladó su fabricación hacia México y Brasil. Allí, a pesar de la inestabilidad económica, encarnó el espíritu de la resistencia necesaria para seguir adelante con la motorización masiva. A partir de allí, América Latina también fue protagonista de la historia del Volkswagen Beetle, recibiendo distintos y afectuosos sobrenombres. En Perú fue el Sapito (Perú), en la Argentina Escarabajo, Colombia y Ecuador lo llamaron Cachirulo, Vocho los mexicanos y Fusca los brasileños. Los diversos apodos sugieren el grado de éxito y apropiación alcanzado entre los conductores latinoamericanos.
A lo largo de estas páginas, de lectura irresistible, Bernhard Rieger indaga en los aspectos culturales, tecnológicos, políticos, económicos, de diseño industrial y de genio publicitario que explican como un encargo de Hitler diseñado por Ferdinand Porsche se convirtió en uno de los autos más queri