En esta obra, póstuma, Freud analiza el origen de Moisés y el destino del pueblo judío. Se trata de una original y audaz investigación en el campo de la cultura que, entre otras cosas, conduce a establecer ciertas analogías entre los síntomas neoróticos y los fenómenos religiosos. Más allá de sus extraordinarios méritos científicos, la traducción directa del alemám, hecha por Felipe Jiménez de Asúa en 1945 -quizás un tanto libre- pone de relieve una vez más la sobresaliente dotre literaria del creadoar del psicoanálisis. De no haber sido un hombre de ciencia, es probable que Freud se hubiera destacado comno genial novelista.