Aunque te cueste creerlo, el Cura Brochero aún vive andando por las sierras cordobesas y en otros lugares; si bien se fue hace mucho tiempo de su tierra, todavía nos sigue acompañando en nuestras necesidades aun sin que lo veamos le podemos hablar, y pedir por nuestras necesidades, por los enfermos de la familia, amigos o vecinos o invocarlo en cualquier urgencia.
En todo el tiempo que vivió, enseñó con el ejemplo a tener paciencia, a saber ganar y perder, a practicar la solidaridad. Saber escuchar y disfrutar del silencio, ir afrontando los retos para perder el miedo. Ser prudente y perseverante. Apreciar la belleza de las cosas y de los momentos que nos rodean en el presente
Estos son algunos consejos por los que debemos decirle GRACIAS, y animarnos a imitarlo