Hablar de creatividad es a la vez un desafío y una redundancia. Fuimos educados en la nivelación de nuestros dones. En el silenciamiento de las diversidades. Y de esta manera, la creatividad se fue escondiendo entre el deber ser y el pertenecer. En este libro, la autora nos incentiva a comenzar el camino de regreso a nuestra esencia creativa, que no es patrimonio solo de unos pocos privilegiados o de artistas, está en el ADN de cada persona
esperando ser activada. Para ello, nos propone diferentes formas de despertar, exteriorizar y llevar a la práctica ese potencial. Y esa experiencia no trata de buscar en el afuera, sino de mirar hacia adentro. Porque la verdadera revolución del ser humano es la expresión creativa y singular de cada uno.
‘Si vos estás dispuesto a encontrarte, ¡tu creatividad también! Vamos? Lo intentamos juntos?’