El fenómeno de los llamados niños índigo se extiende con particular velocidad. Y junto con él aparecieron estudiosos del tema más o menos confiables, discrepancias de opinión, denominaciones que se prestan a confusión, instituciones que le dedican tiempo y espacio, padres intrigados primero, preocupados o entusiasmados después, educadores desconcertados… El lector, ese indagador por naturaleza, nuestro amigo lector, también “quiere saber”. Y para él se ha escrito este libro. Con el afán de informarse y luego de divulgar la información, la autora acudió a cuanto material sobre el tema pudo encontrar, charló con profesionales, comentó el tema con docentes y padres, leyó libros, artículos, sitios web. Más tarde “asistió” a los debates que, en los foros dedicados a este tema, se producían. El resultado es este texto, que se presenta con vocación de abrir caminos, despejar dudas y sembrar la semilla de la curiosidad. Ningún libro termina: su finalidad es provocar la sed de lectura. Y el tema de los niños índigo no se ha cerrado. Sigue allí, como fenómeno de nuestros días. Quizá la autora cumpla con su humilde cometido: ayudar al lector a responder interrogantes, a plantearse otros, a indagar, y a poseer algo tan preciado como el conocimiento. Conozcamos, entonces, un poco más acerca de los niños de la nueva generación, esos a quienes muchos llaman niños índigo.