La emoción es una energía que hay que saber usar. Y la intención de este libro es, precisamente, guiarnos para que lo logremos, y entonces podremos modificar conductas adquiridas que nos impiden vivir con felicidad. Para demostrar que esto es posible, el autor despliega generosamente su conocimiento y su práctica en el trabajo holístico, es decir, integral, con la mente, el cuerpo y el alma o espíritu. De ese modo, a medida que se suceden los capítulos, nos va introduciendo en el mundo de la emoción, enseñándonos, dando ejemplos y demostrando, en cada página, su profundo conocimiento de la psicología, la sociología, la antropología…, y hasta de la teoría de la relatividad. El poder de la emoción, sin embargo, no es un texto de densa complejidad teórica. Muy por el contrarío, pretende que “practiquemos”, que “sintamos”, que aprendamos a usar la energía emocional, sin reprimirla ni expresarla inconvenientemente. Para ello, con fundados conceptos, propone la práctica activa: incluso, al final de cada apartado, hay un ejercicio de respiración vinculado con el tema abordado; respirar conscientemente es una de las prescripciones de los especialistas de la salud para aliviar tensiones y combatir, entre otras afecciones, el peligroso mal de la época, ese enemigo llamado “estrés”. Este libro invita al lector a “pensar” en sus emociones, a aprender cómo no reprimirlas, sino liberarlas. Si la energía emocional es un poder, aceptemos el convite para que nos ayude a emplearlo consciente, benéfica y gozosamente…