En las páginas de este libro hay más verde sapo que rosa princesa. Es que Sofi, cansada de andar sola como toda princesa única, piensa que su sapo de peluche puede ser una buena compañía a la hora del té. Entonces prepara la mesa, sirve deliciosas masitas, pero no recibe ni un croac de agradecimiento. Habla y propone,
pero nada de nada. ¡Si tan solo pudiera jugar con alguien de verdad!
Quizás con el libro de los encantamientos que acaba de perder el hada madrina pueda lograrlo