Las madres de varones hemos sido beneficiadas por muchas cosas…
excepto por una casa tranquila.
Los hijos demandan una paciencia casi infinita, pero a la vez
nos entregan- entre juegos y patidos- su energía, su alegría, su amor,
y nunca agotan nuestra capacidad de asombro.
Estas palabras expresan, con ternura e ingenio,
todo lo que queremos decirle a nuestro hijo.
Para que sepa lop que sentimos, para hablarle del orgullo
y del significado tan especial que él ha dado a nuestra vida.
Para ofrecerle, con un regalo, todo nuestro amor.